•  Fallecido a los 46 años, deja un legado de poesía entrañable y autobiográfica
  • César Vallejo y Pablo Neruda, representan las características más importantes de la literatura transgresora: Juan Domingo Argüelles

 

Debido a que recientemente se festejaron los 120 años del nacimiento del autor de Trilce y Los heraldos negros, el poeta mexicano Juan Domingo Argüelles impartió una conferencia magistral sobre César Vallejo la noche del jueves pasado en la Capilla Alfonsina del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

 

En el marco del ciclo Literatura transgresora, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, el también escritor y periodista dijo que Vallejo (1892-1938) fue un poeta peruano que tuvo una corta vida, pues murió a los 46 años de edad. Con su muerte, afirmó, comenzó propiamente una leyenda.

 

Mucho de lo que es César Vallejo hoy, se le debe a su poesía profundamente entrañable y que nos habla de sus dificultades económicas y de su precaria salud. En gran medida, su poesía es autobiográfica, ya que nos cuenta, a través de ella, lo que vive; por eso se puede decir que escribió mucho sobre sí mismo, agregó el ganador de varios premios nacionales de poesía en México.

 

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Juan Domingo Argüelles destacó la obra de César Vallejo.

 

Recordó que en Latinoamérica existen grandes poetas del siglo XX, como Octavio Paz y Nicolás Guillén, por mencionar sólo dos casos, pero César Vallejo y Pablo Neruda, a mi entender, representan las características más importantes de lo que está dentro de la literatura transgresora. Cuando el INBA me invitó a participar en este ciclo, inmediatamente pensé en Vallejo, porque él rompe, en efecto, con muchas cosas de la tradición poética y se arriesga a utilizar un lenguaje que nadie se atrevía antes en español, indicó.

 

De acuerdo con Argüelles, Vallejo escribió tanto en verso como en prosa, pero es en la poesía en donde alcanzó el reconocimiento, a pesar de que en vida sólo publicaría dos libros: Los heraldos negros (1918) y Trilce (1922): el primero tenía rupturas, aunque seguía una poesía con rasgos clásicos de la tradición española; y el segundo rompe con lo anterior y se adelanta a las vanguardias, explicó.

 

Trilce, señaló el autor de varios libros, fue el poemario que más conmovió e influyó a los poetas siguientes; sin embargo, aclaró, sus cuentos cortos, su única novela, crónicas, ensayos políticos, obras de teatro y literatura infantil y juvenil nos conmueven y sacuden siempre por su poder verbal y su emoción.

 

Señaló que el libro Poemas humanos es póstumo, debido a que se publicó en 1939, pero ya se ha convertido en todo un clásico por sus versos profundos y extraordinarios, como el titulado España, aparta de mí este cáliz.

 

Apuntó que a Vallejo le preocupaba tanto lo estético como su situación familiar y económica, al grado de auto-considerarse como un fatalista. La vida del poeta peruano está dentro de sus poemas mismos, donde dice que la vida lo trata mal. Por ejemplo, dijo Argüelles, en los primeros poemas de Los heraldos negros, Vallejo nos revela lo que sería su poesía y anuncia cosas que va a seguir haciendo (“Yo nací un día que Dios enfermo”); mientras que Trilce, que al parecer es una combinación de lo triste y lo dulce, “había nacido en el mayor vacío”, según confesó el propio autor a un amigo suyo.

 

El poeta mexicano dijo que Trilce busca reflejar su infancia: es casi un niño jugando con las palabras y se muestra como un experimentador con el lenguaje, al grado de que ejerce su mayor libertad de escribir lo que se le pega la gana en torno a su existencia. En su momento, sorprendió a sus contemporáneos, afirmó Argüelles.

 

Finalmente sostuvo que César Vallejo, nacido hace más de 120 años y muerto hace 75, ya era surrealista, antes de que existiera el surrealismo.