• Es necesario rescatar su obra completa en la editorial que reúne a los grandes escritores de México, dijo Óscar de la Borbolla
  • La China Mendoza lo calificó como un ser “bienamado” por todos
  • Para no olvidarlo hay que leerlo, y así siempre recordarlo: Jairo Calixto

Con un llamado a rescatar su obra completa y que sea publicada en la editorial que reúne a los más importantes escritores mexicanos, el Fondo de Cultura Económica, el martes por la noche se recordó al escritor y periodista René Avilés Fabila (1940-2016), a un año de su fallecimiento.

La sesión, organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, se llevó a cabo en la Sala Manuel M. Ponce del palacio de mármol, y a ella acudieron sus amigos y colaboradores María Luisa La China Mendoza, Óscar de la Borbolla y Jairo Calixto, así como Rosario Casco, compañera de vida del escritor homenajeado.

 

Luego de una videosemblanza, el evento inició con la presentación de Miguel Sabido, moderador de la mesa, quien calificó la ocasión como “un momento de júbilo” al recordar al amigo y colega, y a quien agradeció la oportunidad que le dio de publicar en el suplemento El Búho una serie de seis artículos que luego fueron tesis y un libro tituladoTeatro sagrado.

 

Después, en una muestra de su gran memoria, La China Mendoza se refirió a Avilés Fabila como un ser bienamado por todos. “René fue mi amigo querido. Yo soy una persona que amo a pocos y entre ellos está René Avilés Fabila, pues fue mi amigo de la alegría, de los viajes y de la cultura”.

 

Comentó que, a un año de la muerte del autor de títulos como El gran solitario de Palacio, “estamos aquí sus amigos y seguidores para recordarlo y rendirle homenaje, para decir que lo amamos y que lo extrañamos tanto. Siempre será joven y guapo, limpio como el trigo. Se distinguió por su valentía para enfrentar con su sola inteligencia a los potentados soberbios”.

 

Óscar de la Borbolla se refirió en su momento a Avilés Fabila –y a La China Mendoza-- como alguien con quien siempre estará en deuda porque le ayudó  a dar sus primeros pasos dentro del periodismo.

 

“Yo tengo que decir que para mí hoy no es día de júbilo. Yo sigo triste por la partida de René, porque fue un compañero y amigo desde hace 30 años y juntos compartimos tantos momentos. Dicen que los hombres son símbolos, porque somos incompletos y solo lo seremos con el complemento del otro. Por eso la muerte de alguien querido siempre nos mata un poco”, señaló.

 

Compartimos grandes charlas, confió el también escritor, y no ha habido alguien que me haya hecho reír con tantas ganas, con sus anécdotas, sus relatos, sus narraciones llenas de sentido del humor. La última vez que René estuvo en esta sala estaba feliz porque ese día le dieron la Medalla Bellas Artes. Y yo sigo triste porque perdí a un gran amigo alegre de la vida.

 

Alumno y colega de Avilés Fabila, Jairo Calixto aseguró que la vida con René fue siempre “emoción tras emoción” y recordó cuando siendo estudiante fue a la casa del escritor con otros compañeros a hacerle una entrevista. “Ver su mundo, sus libros, sus dibujos y obras de arte, fue algo alucinante, que cuando estuvimos solos saltamos literalmente sobre los sillones de su casa porque lo habíamos logrado”.

 

Y confió: “Saber de su muerte fue algo arrollador. Sus alegrías y sus odios nos los transmitió y así seguimos. Mientras vivimos bajo su burbuja nos protegió y nos enseñó. Yo creo que para no olvidarlo hay que leerlo, y así siempre recordarlo”.

 

En su oportunidad, Rosario Casco comentó que anécdotas que sucedían en su vida cotidiana, René Avilés Fabila era capaz de transformarlos y llevarlos a la escritura con gran imaginación.

 

“Muchos cuentos partieron de hechos reales, como aquel que decía que siendo jefe de una célula del Partido Comunistas llevó a sus compañeros a su casa donde su mamá los atendió con café y galletas y comida preparada y servida por ella misma. La reacción de sus amigos fue que su mamá podría ser espía de algún grupo anticomunista, del gobierno o de la propia CIA”.

 

Entre los comentarios de uno y otro de los participantes, el actor Juan Ignacio Aranda hizo la lectura de diversos textos de René Avilés Fabila, como La amante ideal (del libro La cantante desafinada), Los chapulines y Memorias de un comunista.

 

Al final, Óscar de la Borbolla comentó que en una ocasión Avilés Fabila le compartió su preocupación por el destino de su obra luego de su muerte. A lo que agregó: “Ahora que algunos de sus textos recientes andan en busca de un editor, sería importante que propiciáramos la edición de sus obras completas.

 

“Si hemos llenado esta noche la Sala Manuel M. Ponce, añadió, es gracias a que se le lee. Hay muchos textos que merecen tener un rinconcito donde publicaron los grandes escritores mexicanos y que es el Fondo de Cultura, editorial en la que René Avilés Fabila publicó su primer libro. Debería estar ahí. Me gustaría que juntos hiciéramos eso posible, para no olvidarlo”.