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La soledad, el sexo descarnado, la vanidad, el asesinato, la infidelidad, entre otros, todos agrupados bajo la premisa de “nombre es destino”, son las facetas donde se desenvuelve el amor en Nomen est Fatum. La autora Rosenda Ruiz Figueroa habló de esta obra el día de ayer en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, acompañada por Kyra Galván y María García Esperón, con la moderación de José Antonio Yáñez.

El libro Nomen est Fatum está integrado por una colección de 18 cuentos, mismos que nacieron en el taller que imparte la poeta y narradora Kyra Galván en el Centro Cultural Elena Garro.

 

En entrevista Galván comentó que Rosenda Ruiz Figueroa ganó entre todos los demás proyectos, no solo por la calidad literaria de esta obra, sino porque era una propuesta redonda: “todos los textos giraban alrededor de un concepto muy interesante: el nombre como un destino inapelable y, en cierto modo, implacable. En este punto, podemos estar de acuerdo o no, pero ella parece que está dispuesta a comprobarlo a toda costa a través de sus creaciones. Había otras propuestas interesantes, pero al final me decidí porNomen est fatum por la fuerza y, a veces, la desnudez de su prosa”.  

 

En estos talleres se persigue el propósito de completar un proyecto literario desde sus primeras fases hasta alcanzar la publicación. Al conocer este libro desde su origen, la poeta aseguró que fue muy interesante ver crecer y madurar el libro, así como ser testigo del enriquecimiento que tuvo a través de las aportaciones de los demás alumnos. “Creo que los textos mejoraron hasta conformar un conjunto sólido y bien estructurado”, declaró.

 

En el cuento Te llamas Paloma se narra el despertar sexual de un adolescente que madura, y al mismo tiempo se obsesiona más por el vestido tornasolado de una prostituta que por la mujer misma. En Las formas de PrometeoRosenda narra una historia que fluctúa entre la ciencia ficción y la fantasía, pero firmemente estructurada en el conocimiento de los libros, que son su pasión y su objeto de estudio, pues ella es bibliotecaria de profesión.

 

La nieta de Kukulkan describe el encuentro de dos representantes de dos culturas diferentes unidas por la pasión hacia la historia. Carboncito, la niña de fuego cuenta una historia fantástica, pero al mismo tiempo terrible, imposible. Una niña es como un carbón ardiente y todo lo que toca se destruye.

 

“Este libro no solamente ha sido una satisfacción para mí como maestra, sino para mis alumnos, que se sienten muy motivados al ver a una de sus compañeras publicar su obra. La Editorial I-kygai, sello de Nomen est Fatum, tiene como objetivo publicar libros para niños y jóvenes con el fin de promover la lectura y el gusto por la literatura en el país, además de publicar autores noveles o desconocidos, que de otra forma tendrían mucha dificultad para que sus textos fueran aceptados en otras editoriales”, finalizó.