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En la conferencia La escritura y la corrupción del alma: la poética de Italo Svevo, los expertos en letras italianas Rodrigo Jardón Herrera y Diego Antonio Mejía comentarán la obra ensayística y los vínculos literarios entre el narrador italiano Italo Svevo y Alfonso Reyes. La cita es este viernes 24 de marzo a las 19:00 en la Capilla Alfonsina, ubicada en Benjamín Hill 122, en la colonia Hipódromo Condesa.

Italo Svevo es el seudónimo literario de Aron Ettore Schmitz (1861-1928), quien nació en el seno de una familia de comerciantes judíos en la ciudad de Trieste, en la frontera norte de Italia con Eslovenia. Su madre era italiana y su padre austriaco; a pesar de que su lengua materna fue el alemán escribió en italiano. Publicó sus primeras novelas Una vida (1892) y Senilidad (1898) a finales del siglo XIX, y 25 años después publicó su obra más reconocida, La conciencia de Zeno (1923).

Los italianistas Rodrigo Jardón Herrera y Diego Antonio Mejía tradujeron por primera vez al español de México cuatro ensayos de Italo Svevo y los publicaron en el volumenLa corrupción del alma. En entrevista, ambos coincidieron en que la obra de Svevo está marcada por una mezcla de tradiciones debido a su ubicación geográfica, ya que Trieste en el siglo XIX fue uno de los principales puertos mercantiles del Imperio austrohúngaro y a principios del siglo XX, tras la Primera Guerra Mundial, pasó a formar parte de Italia.

“Decidió tener el nombre de Italo Svevo como escritor porque a través de ese nombre podía mezclar la tradición italiana de su madre, de la que quería formar parte, y la otra del mundo eslavo. Fue comerciante la mayor parte de su vida y la literatura era más bien como un hobby, pero la importancia de su obra radica en que es el puente entre dos tradiciones”, explicó Rodrigo Jardón Herrera.

“El triestino construyó una especie de mito, según el cual, dejó la escritura luego del fracaso de sus dos primeras novelas, empero, su trabajo ensayístico ―entre otros textos― lo desmiente. Lo cierto es que escribir fue en el fondo una actividad fundamental para el italiano, y de la cual nunca pudo separarse. En el libro de ensayosLa corrupción del alma intentamos evidenciar esa circunstancia”, dijo por su parte Diego Antonio Mejía.

Italo Svevo y Alfonso Reyes tuvieron en común la amistad con el poeta francés Valery Larbaud, además de que, para Diego Antonio Mejía, ambos son dos de los más grandes escritores de la primera mitad del siglo XX. “Entre las coincidencias más importantes podemos citar su praxis escritural en lenguas que no fueron la materna. Italo Svevo eligió el italiano para confeccionar su obra, no obstante que su lengua madre fuese el alemán; por su parte, Alfonso Reyes, debido a diversos factores tuvo una intensa actividad creativa en lenguas distintas al español, como el inglés.

“Valery Larbaud jugó un papel de relieve en la fortuna editorial de Italo Svevo, asimismo fomentó la difusión de la obra del regiomontano con opiniones como la siguiente: ‘Indudablemente, un estudio metódico de las letras mexicanas de hoy tendrá que empezar por el estudio de la obra, ya considerable, de Alfonso Reyes’. Otro punto de encuentro entre ambos es su calidad como ensayistas, aunque quizá Alfonso Reyes sea mucho más conocido en dicho género, el triestino también lo cultivó con destreza, como se constata en sus ensayos sobre el arte, la enfermedad, el optimismo y el pesimismo”, agregó Mejía.

Durante su ausencia literaria Italo Svevo conoció a James Joyce en 1907, quien fue su maestro de inglés y gran impulsor de su carrera. “Se conocieron justo antes de que Joyce publicara Dublineses. En realidad, fue una amistad muy fructífera y que de alguna manera marcó a los dos escritores de manera positiva. La obra de Svevo también es muy cercana al trabajo de Franz Kafka y Marcel Proust, porque es justamente una obra en la que el sujeto se encuentra escindido y está explorando el problema de la identidad del sujeto”, señaló Jardón Herrera.

“Entre las cuestiones que cautivaron a Joyce está aquella de las temáticas que abordó el triestino. Por ejemplo, en La conciencia de Zeno ―su obra cumbre― la vida monótona del protagonista pudiera parecer un tanto gris, aunque la sugerente vinculación que allí subyace, entre temas como la enfermedad, el cigarrillo y los celos, hace de la novela un trabajo muy interesante y en absoluto exento de un gran humor. Asimismo, los estudios que el crítico italiano Mario Lavagetto ha dedicado a Svevo han favorecido nuestro interés por la obra y la figura del triestino, lo cual nos ha llevado a traducir parte de su literatura”, añadió Diego Antonio Mejía.

 

Para los italianistas, Italo Svevo es uno de los artífices de la novela moderna, porque ofrece un observatorio de gran riqueza casi para todo tipo de lector. “Queremos invitar a los lectores a acercarse a un escritor de primera línea, quien, junto a Alfonso Reyes, forma parte de una constelación que fincó las bases de la literatura moderna. La Capilla Alfonsina nos abrirá las puertas para reflexionar sobre la vida y la obra de hombres cuya pluma dejó un sello inmarcesible en el panorama literario. Deseo remarcar que sus obras, dada su riqueza y variedad, tienen algo que decirnos a todos”, finalizó.